La semana pasada hablamos sobre la infidelidad y si es conveniente confesarla o no. Siguiendo en esta línea, es importante también que podamos hablar sobre la responsabilidad afectiva, concepto que cada vez está más en boga por la importancia que implica en nuestros vínculos sexoafectivos.
La honestidad, el respeto y la empatía son algunos de los factores que caracterizan al concepto de responsabilidad afectiva. Para que una relación evite caer en daños psicológicos y emocionales, es importante llegar a un acuerdo sano en la pareja.
Qué implica la responsabilidad afectiva
En este contexto, la responsabilidad afectiva viene a decirnos que cuidemos al otro/a todo lo que sea posible para evitar, no el sufrimiento, pero sí el dolor innecesario.
Se trata de hacerse cargo, enfrentar las situaciones, de ser claros en los vínculos, de cuidar al otro aunque cuidarlo signifique decirle que una relación ya no va más.
“La responsabilidad afectiva significa tener presente que todo acto tiene sus consecuencias y uno debe hacerse cargo de ellas».
“La responsabilidad afectiva significa tener presente que todo acto tiene sus consecuencias y uno debe hacerse cargo de ellas. Implica que si uno está en relación con otra u otras personas, todo acto que realice va a tener una consecuencia en esa o en esas personas. Tiene que ver con la empatía”, explica Vivián Dufau, sexóloga y terapeuta sexual en una entrevista sobre el tema.
La responsabilidad es necesaria en cualquier relación
Aunque la responsabilidad afectiva se extiende a todas las relaciones humanas, en los vínculos heterosexuales se entiende, también (y especialmente) como un intento por romper con un molde en el que las mujeres y los varones están siempre en una posición desigual por cómo fueron construidos, social y colectivamente.
“En las relaciones monogámicas y heterosexuales de pareja hay una relación de poder, que a su vez siempre le fue concedido al hombre», explica la terapeuta.
Y agrega: «Hoy, los movimientos feministas que empoderan a las mujeres y exigen los mismos derechos para todos y todas, también exigen la responsabilidad para con ellas. Yo considero, de todas formas, que más allá del feminismo la responsabilidad tiene que ser parte de cualquier tipo de lazo”, afirma Dufau.
«Más allá del feminismo la responsabilidad tiene que ser parte de cualquier tipo de lazo».
Es así que el concepto se extiende a todo tipo de relaciones vinculares más allá de su orientación sexual, porque lo importante aquí no son las etiquetas, sino las personas que se encuentran en un vínculo.
Educación emocional y sexual para la vida
En los últimos años cada vez son más los casos de violencia de género y femicidios que se visibilizan y azotan a lo largo del mundo a través de la violencia machista.
Aquí es donde las mujeres, como explica la sexóloga, siempre (o casi siempre) se encuentran en desventaja en una relación heterosexual, y donde los varones ejercen un poder que suponen tener sobre el cuerpo y vida de sus parejas.
Es por esto, que es importante poder considerar estos nuevos conceptos que invitan a repensarnos y deconstruirnos para poder tener relaciones sanas que correspondan a nuestros sentimientos y al del otro, sin daños intermedios.
La Educación Sexual Integral es un debate clave en estas conversaciones porque nos enseña conductas que aprendimos quizás de la vida, de la calle y que realmente no están bien.
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