Hay muchos mitos y verdades en torno al sexo y sobre lo que le gusta a un hombre o a una mujer en la cama… Pero siempre se han enfocado en un único objetivo: el orgasmo, por eso hoy hablaremos del slow sex.
Llegar a la meta sin disfrutar el camino, tampoco vale, por eso aquí te contamos por qué deberías probar el sexo lento… No te podrás resistir.
Disfrutar del rito sexual
Hay tantas maneras de disfrutar la sexualidad que no somos muy conscientes de que podríamos experimentar un placer aún más intenso de lo habitual en una relación sexual.
Lo importante es practicar todo tipo de caricias, tocamientos, mimos, arrumacos e, incluso, algún comentario sexual para poder ver las estrellas sin lugar a la penetración o la eyaculación: el verdadero orgasmo es el que cada uno decide sentir.
Hay diferentes maneras de desarrollar tu sexualidad, ya sea a través del sexo tántrico, el sexo oral, el sexo escrito y lo cierto es que, siempre se dice que «las prisas no son buenas».
¿Qué es el Slow Sex?
Hoy te contaremos sobre el slow sex y por qué no vas a querer dejar de practicar esta técnica. Es muy sencillo: como su propio nombre indica, se trata de tener sexo y ser consciente de que el tiempo siempre corre a tu favor, además de que la máxima verificada de esta técnica es que el clímax no es el punto álgido de una relación sexual.
Una vez que te de por practicar slow sex, probablemente no quieras probar otro tipo de fuente de placer.
Básicamente, consiste en dedicarle el tiempo que sea necesario a los preliminares (mimos, caricias, mordiscos, felación, cunnilingus, annilingus…, en definitiva, probar toda la parte blanda del cuerpo de tu pareja) en lugar de dedicarle toda la atención a la penetración o al orgasmo.
Aquí se pone en valor el contacto con tu pareja, desde el visual hasta el íntimo. Es tu momento: tienes, al menos, que intentarlo… y disfrutar sin prisas y sin pausas.
Es importante que en tus relaciones sexuales le des la importancia que se merece a la respiración y a la entrega a la otra persona, de manera que el hecho de compartir el placer te de más y más ganas de seguir haciéndolo.
Pero ojo, uno de los grandes «inconvenientes» de esta técnica es que tendrás que controlar tus impulsos sexuales, ya que precisamente busca retrasar la eyaculación masculina lo máximo posible.
Ahora sí, estás listo o lista para probar esta técnica que intensifica el placer y la conexión con tu pareja. ¿Te animas a probarla?
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