Que la postura del misionero es aburrida, es un mito. También para muchos, esta postura se relaciona a una vida sexual triste. Sin embargo, aunque no lo creas, hay una historia detrás del «misionero», que va mucho más allá e incluso determinó la sexualidad y anatomía humana.
Te adelantamos: la postura del “misionero” no fue falta de creatividad. También recibe otros nombres: los franceses la llaman “la clásica”, los toscanos “la angelical” y algunos pueblos árabes “la manera de las serpientes”.
Esta postura, nos ha acompañado desde que comenzó la humanidad, e incluso, nos ha modificado anatómicamente. Sin embargo, existen muchos misterios alrededor de la posición más utilizada en el mundo.
¿Cuál es el origen del “misionero”?
Existen diversas teorías sobre el origen del nombre, antes de adoptar el actual, era llamada “la matrimonial”, “la posición de mamá y papá” y “la americana”. El mismo Shakespeare en Otelo escribió que en su tiempo se le decía “la bestia con dos espaldas”.
La primera ocasión que se hizo referencia al “misionero” fue en el Sexual Behavior in the Human Male de Alfred Kinsey, donde describió que los habitantes de las Islas Trobriand llamaban de esa manera a la posición.
La iglesia, únicamente permitía esa postura, por lo que los misioneros cristianos se la enseñaban a sus seguidores.
Por otra parte, entre los Griegos, la postura no era muy popular. Todavía no se habían creado las camas como las conocemos y muchos hombres se casaban con mujeres jóvenes, lo que hacía de la diferencia de altura un problema.
Todo cambió con la llegada del cristianismo y la Iglesia. Del siglo VI al XVI se concibió que cualquier otra posición era una imitación de los animales y un crimen contra la naturaleza, razón por la cual se prohibió cualquier otra (a menos que enfermedades o el embarazo hicieran imposible practicarla).
La reducción del papel de la Iglesia en la esfera política, provocó que las leyes que prohibían otras posturas, se eliminaran, lo que abrió un abanico sexual a las parejas. A pesar de la variedad, la conveniencia y el placer que provoca, la mantuvieron como una favorita, e incluso se crearon variantes como la técnica de alineación coital.
¿Cómo influyó la posición en la anatomía humana?
La posición del misionero ha modificado la anatomía, nuestros labios se equiparon con terminales nerviosas, la vagina se acomodó al frente para facilitar la posición y, además, las mujeres desarrollaron en esa parte un órgano hipersensible relacionado con placer intenso: el clítoris.
Estas particularidades, hacen que en esa posición se incrementen el placer y los vínculos entre las parejas. Ahora, sin dudas, podemos dejar de lado la mala prensa de la posición más practicada y elegida en el mundo.
Y a tí ¿cuál es la posición que más te gusta?
