Experimentar es una palabra clave en el sexo y el pegging está intrínsecamente ligado a esto.
El término “pegging” se originó en una encuesta realizada en 2001 cuando el periodista estadounidense Dan Savage le pidió a los oyentes inventar una palabra para este acto sexual que consiste en que la mujer tome el control de la situación, y que el hombre asuma una postura menos dominante.
“El juego de roles existe desde siempre. Es importante que haya consentimiento y ganas de ambas partes, ya que puede ser muy entretenido y muy placentero para la pareja”, dijo la sexóloga y psicóloga Viviana Wapñarsky.
Cada vez son más los estudios que ponen de manifiesto que los orgasmos masculinos experimentados a través de la penetración son más intensos que los que sienten cuando son ellos quienes penetran, comentó la doctora.
“Se puede adaptar a parejas homosexuales en relación con lo que es el cambio de roles si es que había uno fijo. Lo mismo sucede con las parejas de mujeres”, aclaró la sexóloga. Con ayuda de un arnés con consolador o simplemente con los dedos, las parejas pueden cambiar el rol tradicional que antes habían tenido en la intimidad.
Derribando mitos en el pegging
Cabe destacar que estas prácticas no definen una orientación sexual. “Tiene que ver con los puntos placenteros en los hombres y las mujeres. En realidad, la sociedad machista reprime y marca cómo deberían ser las funciones en la cama. La realidad es que no hay funciones y vale experimentar, divertirse y buscar el placer de la manera que sea en la intimidad de cada pareja con consentimiento”, señaló Wapñarsky.
Uno de los grandes miedos que impide a muchos varones animarse a probar la penetración anal está relacionado con el miedo a sufrir dolor.
La recomendación es iniciarse con dildos que son juguetes sexuales con forma fálica, usar un buen lubricante anal y cuidar que quien penetre, vaya despacio y con tranquilidad.
Más que un cambio de rol
El pegging le permite a los hombres entender más a fondo lo que las mujeres experimentan durante el sexo, y a las mujeres ponerse en el lugar, literalmente, de los hombres en la relación.
Implica que ambos involucrados abandonen los conceptos tradicionales de los roles de pareja y se atrevan a explorar el sexo dese el punto de vista del otro para tener una experiencia diferente.
Esta práctica plantea abandonar la zona de confort sexual y experimentar con nuevos juegos. ¿Te animas a probar y a jugar?
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