El universo de cada persona es único y no existe una receta única para desenchufarse del exterior, los problemas diarios y conectarse con su cuerpo. Sin embargo, existen recomendaciones que son efectivas para la mayoría y una de ellas sin dudas es la masturbación: relaja, otorga placer y descarga de estrés.
Masturbarse para conocerse
En primer lugar es necesario sacudirse los tabúes y la vergüenza “que pueden hacer que uno se llene la cabeza pensando que está haciendo algo malo”. Después hay que encontrar un momento donde uno esté solo o sola y tenga privacidad.
“A veces la masturbación es un acto muy cortito y solitario. Hay que extender ese momento, explorar más allá de lo genital, ver todo el cuerpo, cuáles son las zonas que a uno le dan más placer».
“A veces la masturbación es un acto muy cortito y solitario. Hay que extender ese momento, explorar más allá de lo genital, ver todo el cuerpo, cuáles son las zonas que a uno le dan más placer. Pensar si uno quiere experimentar alguna práctica sexual que su pareja no quiere o no se anima a decirle a su pareja que quiere”, indicó en una entrevista la especialista en sexualidad Francesa Gnnechi.
“Muchas veces nos ponemos la rutina de lo que conocemos, lo que nos gusta y vamos directo a ese punto”. Ahí es donde los juguetes sexuales pueden “incluir algún beneficio más divertido o algunas sensaciones que sin él no las podés experimentar”. “Hay puntos en el cuerpo a los que uno no puede llegar si no es con un juguete”, aseguró.
Además, hay otra realidad que no es ajena: mucha gente que aún no se masturbó y que prefiere no tocar sus genitales de manera directa empieza a hacerlo con un vibrador o dildo. “Todo te invita a jugar, a salir de lo convencional. Y relacionado más con la salud, hay personas que nunca llegaron a un orgasmo, muchas veces se recomiendan los juguetes para poder llegar a él. Otros sirven para contener una eyaculación precoz“, detalló.
¿Por qué es complicado el placer y la masturbación en pleno SXXI?
Lo más importante siempre es “preguntarse si lo que uno hace es por gusto o por mandato“. A pesar de vivir en el 2021, la especialista asegura que hay muchas cuestiones que aún reprimen la sexualidad.
Por ejemplo “la monogamia, la maternidad, la frecuencia sexual, el mandato del deseo, que impone que uno tiene que ser deseante sexualmente todo el tiempo. Los tiempos, los tamaños, hay mucha presión y todo eso juega en contra”.
Cabe destacar que es una cuestión de elección, que no necesariamente va de la mano con ser un experto en prácticas poco comunes o con la cantidad de parejas o encuentros sexuales que uno tenga. “Ahora está la movida de la liberación, del sado, el bondage y mucha gente tiene la presión de que tiene que acceder a esas cosas”, destacó Francesca.
“Estas modas influyen mucho en las adolescentes, por ejemplo. Antes para ellas era llegar virgen al matrimonio. Hoy se dio vuelta esta cuestión y hay chicas que sienten la presión de que no tienen que ser vírgenes. Lo mismo para los chicos, que capaz llegan a los 18 y son “los virgos“, continuó.
Que el acto de la masturbación sea una elección también es una decisión personal, que masturbarse con o sin pareja no implique dar explicaciones. Esto está relacionado a la idea de que la masturbación es una práctica que sustituye el sexo compartido con otras personas.
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De hecho, es muy común regalar juguetes cuando una persona termina una relación de pareja… como si teniéndola no pudiera disfrutar de ellos igual, ¿no?
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La masturbación y el sexo que compartimos con otras personas son prácticas distintas y, por supuesto, ¡no excluyentes! Por eso, todo lo que implique tu deseo, es por ahí.
