En la nueva moda del trabajo sexual web, se trata de vender objetos de las personas como una forma específica de trabajo sexual. Si bien la pornografía es la experiencia sexual más común disponible en internet, en los últimos tiempos, la creatividad no se ha quedado atrás y han surgido nuevas tendencias.
¿De qué se trata?
Hay de todo: botellas de agua de baño de influencers se venden a 30 dólares el frasco. Algunas modelos de videollamadas se han apartado de las actuaciones eróticas porque pueden ganar más vendiendo galletas caseras y broches de cabello. Sí, tal como lees.
Para algunas personas, esta clase de servicios son un empleo de tiempo completo. Otros lo ven como un trabajo complementario, en el que la remuneración por hora puede ser mucho mayor al salario mínimo. Un plus: puedes hacerlo desde la comodidad de tu apartamento o directamente desde tu habitación por si quieres más intimidad.
“Tendría que trabajar de niñera durante muchas horas para ganar 250 dólares, los cuales puedo conseguir en unas pocas horas de trabajo sexual en línea”, cuenta Ella, de 19 años, estudiante de segundo año en la Escuela de Diseño Parsons que solicitó que se le identificara por su nombre de pila como una precaución de seguridad. “Lo sé porque fui niñera durante mucho tiempo. Lo odiaba”.
Ella relató que, en su primer semestre en Parsons, ganaba alrededor de 800 dólares a la semana de distintas fuentes de ingresos basadas en el trabajo sexual web, entre ellas estaba la venta de fotografías de sus pies. Abrió una cuenta de OnlyFans después de que cerró su campus, pero aún no ha publicado nada en esa plataforma. Sus clientes se comunican con ella a través de sitios de uso más común como Tinder e Instagram.
El trabajo sexual web en pandemia
La pandemia generó que esta tendencia crezca y se instale cada vez más. En marzo y abril, por ejemplo, OnlyFans declaró que vio un aumento del 75 por ciento en sus nuevos usuarios y creadores.
Vender ahora tu cuerpo, tu contenido, tus fotografías “nudes” o tu línea telefónica, ya no es un tabú ni es considerado denigrante. Muchas personas, sobre todo las que crecieron con las redes sociales, se sienten totalmente cómodas con exponer cada detalle de sus vidas en línea. Además, la idea de que cualquier cosa o persona se puede monetizar como una marca se ha convertido en una creencia popular en el mundo empresarial.
«Somos trabajadores sexuales y no tenemos que serlo”, contó esta joven sobre su experiencia en línea.
¿Qué tiene de atractivo que alguien te pague por contar tus estrías, o vender fotografías de tus falanges a desconocidos? Podemos decir que hay tantos gustos como personas, por lo cual no tenemos una respuesta concreta.
Desde calcetines, ropa interior y cualquier objeto que te puedas imaginar, que remita a la persona en cuestión, está a la venta. “Las personas solo quieren cosas tuyas cuando empiezas a interactuar con ellas en línea, incluso si no hay contacto físico”, explica otra joven con su testimonio. “Ya no hago videollamadas, pero sigo vendiendo mis pertenencias”.
¿Cómo se puede convertir alguien en sexoservidor?
Convertirse en un exitoso sexoservidor en línea no es sencillo. Para obtener seguidores, los trabajadores independientes deben ser comerciantes inteligentes, volverse expertos en la optimización del motor de búsqueda, saber armar presupuestos, llevar un blog, y tener habilidades bastante avanzadas para la edición y producción de videos.
“No se trata de abrir un perfil en Twitter. Debes ofrecer algo más que selfies. Debes pensar en cuál es tu atractivo en esencia”.
Lain, por ejemplo, otra joven que cuenta su experiencia, vende su tiempo: «Hago muchas videollamadas personales. Es como llamar a un amigo normal por FaceTime, pero me pagan 5 dólares el minuto. Estoy creando conexiones sociales con las personas”. Afirmó que, actualmente, el 70 por ciento de su trabajo no está relacionado con realizar ninguna clase de acto sexual grabado o en vivo.
Sin dudas las nuevas generaciones traen nuevas formas de vincularse y relacionarse, hasta las más increíbles son aceptables, por eso no es para nada raro que el trabajo sexual web, sea furor en los días de hoy.
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