Para el fetiche de poder tener sexo en aviones, ya no hace falta correr riesgo de que te encuentren en un vuelo haciendo “lo que no está permitido”, porque Chile es un país visionario que encontró un mercado que no había sido explotado hasta ahora: usar aviones como hoteles alojamiento.
¿De qué se trata?
Un avión rematado de Aerolíneas Argentinas es usado como “telo” en Chile y ¡es furor!
Puntualmente se encuentra en Quillota, Santiago de Chile. Es un viejo avión de Aerolíneas Argentinas que tiene en sus costados un cartel que dice «Motel Paraíso» y de esta manera atrae la curiosidad de todos.
En época de pandemia las parejas buscan lugares de intimidad, por eso esta tendencia se puso de moda nuevamente. Hace unos años, un empresario tuvo la idea de convertir a la nave en un hotel alojamiento. No fue el único, otros emprendedores hicieron lo mismo y la tendencia crece en el país hasta hoy.
«Se ha visto por el incremento de visitas a estas instalaciones», dice Juan Carlos Andrade, el empresario emprendedor. Este suceso es algo que alegra al rubro después de tres meses de haber permanecido cerrados por las restricciones sanitarias de la pandemia. Reabrió hace dos semanas, tras permitirse la circulación y apertura de este tipo de recintos y hasta «hacen fila» para ingresar.

Habitación del avión motel Ocoa
¿Cómo los aviones llegan a convertirse en telo?
La aeronave fue rematada en 2014 por el Servicio de Aduanas de Chile tras una disputa legal que impidió que este Boeing 737-200 que perteneció a Aerolíneas Argentinas, (y también por Austral) continuara volando. Andrade se había enterado de tal remate y decidió poner en marcha su idea.
No sólo está en Chile
«En Canadá nació la idea. Allá hay varios lugares así que empezaron a innovar con vehículos o medios de transporte convertidos en habitaciones o cabañas. Vi allá un avión, pero chiquito, que lo habían convertido en una habitación. Solamente entraba una pareja, así es que yo le dije a mi hija, me voy a comprar uno, pero grande para ponerlo allá en Chile», cuenta el empresario.
Con dos moteles en la zona, Andrade quería ofrecer a sus clientes una alternativa a las tradicionales cabañas o habitaciones temáticas, requeridas típicamente por ciertas parejas que buscan algo más atrevido en sus escapadas. Un avión, para él, era toda una apuesta, y muy atractiva para atraer la atención de los pasajeros. “Saqué los costos de lo que me salía hacer una cabaña y lo que me costaba traer un avión y me atreví”.
Si bien esta idea surgió hace un par de años, con la pandemia y con la búsqueda de encontrar lugares de privacidad fuera del hogar, esta tendencia está en alza y es tendencia en Chile.
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